Duelo por la pérdida de una madre: cómo enfrentarlo ante negligencia médica

Karen Bejar & Javier Guerra

November 2, 2025

Entrevista de la Tanatóloga Karen Bejar a Javier Guerra

Tu madre estaba enferma, la llevaban al hospital una y otra vez, y parecía que todo seguía como siempre… hasta que un día ya no regresó. Esta historia no trata de una muerte natural, sino de una muerte que pudo haberse evitado, marcada por la negligencia, la burocracia y un sistema que falla. Un hijo, inesperadamente, tuvo que convertirse en el adulto emocional de su familia y enfrentar el dolor, la culpa y la transformación de su rol mientras su madre partía. Este artículo te ayudará a comprender cómo transitar este duelo y cómo prepararte emocionalmente.

Reconocer la pérdida y la culpa

Cuando la muerte de un ser querido ocurre de manera inesperada, especialmente por negligencia, la sensación de culpa puede ser abrumadora. Javier, hijo de la víctima, relata cómo la culpa se mezclaba con la impotencia: su madre tenía todos los recursos y afiliaciones para ser atendida, pero los sistemas fallaron. Esta dualidad emocional es común: no es que no amemos a quien perdemos, sino que no supimos cómo actuar a tiempo. Reconocer estos sentimientos es el primer paso para transitar un duelo saludable.

El impacto del duelo diferido

Muchas veces el duelo no se vive al momento. Javier explica que la cubeta de agua fría cayó meses después, cuando la rutina cambió y la ausencia se hizo palpable. Este retraso en procesar el duelo es normal y puede ser aún más intenso cuando la pérdida involucra circunstancias injustas, como la falta de atención médica o errores del sistema. Darte permiso para llorar y expresar tu dolor es fundamental para iniciar la sanación.

Crear recuerdos significativos y honrar la vida de tu madre

Durante los últimos años con su madre, Javier recuerda los momentos compartidos: juegos de mesa, conversaciones y risas. Estos recuerdos se convierten en el legado más valioso que deja un ser querido. Incluso cuando la enfermedad ocultaba el dolor, el amor y la presencia se manifestaban en pequeños gestos, como sonrisas o esfuerzos por convivir con la familia. Honrar la vida de quien partió implica valorar estos momentos y permitir que su influencia positiva perdure en nosotros.

Dejar ir desde el amor

Cuando Javier y su familia aceptaron la partida de su madre desde el amor y la gratitud, ella pudo irse en paz. Soltar no significa olvidar, sino permitir que quien se va encuentre tranquilidad, y que nosotros podamos recibir esa paz a cambio. Este acto consciente de dejar ir es uno de los pasos más poderosos en el acompañamiento emocional y la tanatología, y nos enseña que el amor verdadero incluye el permiso para despedirse.

Prepararse para la vida después de la pérdida

El duelo ante una muerte inesperada y por negligencia nos recuerda que no podemos controlar todo, pero sí cómo respondemos. Prepararse emocionalmente implica: reconocer emociones como la culpa y la impotencia, buscar apoyo profesional (tanatólogo, psicólogo o terapia), y crear espacios de recuerdo y gratitud. Esto ayuda a prevenir que el dolor se convierta en resentimiento y nos permite vivir con mayor serenidad.

Recomendaciones para quienes atraviesan situaciones similares

  • Permítete sentir: el duelo requiere tiempo y aceptación.

  • Busca apoyo: hablar con profesionales o personas de confianza ayuda a procesar la pérdida.

  • Valora los momentos compartidos: los recuerdos significativos se convierten en el verdadero legado.

  • Deja ir desde el amor: agradecer a quien parte permite recibir paz.

  • Actúa con previsión: aprende de la experiencia para preparar decisiones y evitar conflictos futuros.

La pérdida de una madre es una experiencia profunda, especialmente cuando se da en circunstancias evitables. La clave para transitar el duelo es reconocer el dolor, aceptar la culpa como parte del proceso, crear recuerdos significativos y permitir que quien partió encuentre paz. Aunque no podemos controlar la muerte, sí podemos elegir cómo vivir y cómo dejar que nuestros seres queridos se vayan con tranquilidad.

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